lunes, 13 de octubre de 2014

Día 4: Último día en Ámsterdam y vuelta a Madrid

Nuestro ultimo día en Ámsterdam, y decidimos tomárnoslo tranquilamente, repetir alguna cosa que no nos había quedado bien vista, y disfrutar de la bicicleta y los canales...

Lo primero que hicimos fue hacer el excursión en barco que habíamos sacado el primer día, con este ticket puedes escoger tres tipos de cruceros, uno incluso nocturno. Pero cogimos el que estaba más cerca del hotel, Gray Line en el canal Damrak, enfrente a la estación Centraal.


Un crucero de una hora por los canales, con un día de sol precioso, con audioguia en español, 100% recomendable por 14€, en teoría nos habíamos ahorrado un euro sacándolo con los chicos del free tour, aunque en el mismo canal Damrak había algún cartel con ofertas de crucero por 9 euros, pero a saber las condiciones, igual era sin audioguía o igual tenia otro inconveniente.

Aunque en teoría salia cada 15 minutos, tuvimos que esperar algo mas a que se llenase un poco el barco, pero bueno, nada grave.





Después de recorrer gran parte de la ciudad por sus canales y de escuchar en con la audioguía relatos de la historia de Ámsterdam y anécdotas sobre las zonas que visitábamos, el barco salió a la bahia de IJ, fue muy espectacular.
IJ es una amplia zona de agua (detrás de la estacion centraal) que divide la ciudad, es casi como estar en mar abierto, en ella hay embarcados cruceros fluviales, también se veían una especie de embarcaciones enormes que transportaban bicicletas de un lado a otro de esa bahia.
Tras navegar unos minutos por IJ, regresamos al punto de partida, el canal Damrak, en este ultimo tramo del recorrido vimos un enorme restaurante oriental sobre el agua.



Después del paseo en barco, mapa en mano, recogimos las bicis e hicimos una ruta bordeando los los canales, principalmente por el de Herengracht.



La primera parada la hiciemos en la casa más estrecha del mundo, situada en el 7 de la canal Singel, porque en la visita guiada (free tour) la habiamos visto la segunda más estrecha. La casa tiene solo la anchura de la puerta de entrada...



Callejeando por los canales y el barrio Jordaan, volvimos a la casa de Anne Frank, que como el día anterior, estaba andamiada y no se podía ver la fachada, solo la puerta. Esto es una especie de maldición que nos persigue, rara es la ciudad que visitamos que no tenga un monumento cubierto por andamios.


Cruzando el canal, a tan solo unos minutos de alli esta el Cafe t Smalle (Egelantiersgracht 12) Es un bar con una terraza muy recomendable, en una plataforma encima del canal con unas vistas muy bonitas. Cervezas a 2.50 y comida holandesa a buen precio.

Después volvimos a la plaza Leidseplein, teníamos antojo de patatas y nos habían recomendado un sitio allí. Aunque nos costó un poco encontrarlo, llegamos a la calle Voetboogstraat 31, ahí hay un pequeño chiringuito Vleminckx en el que se venden, las que dicen ser las mejores patatas de Holanda, y están buenas sí, muy buenas!! En su punto, no estaban aceitosas, crujientes por fuera y blanditas por dentro, buenísimas!! Tenían varias salsas para elegir.


Cerca de este puesto esta el famoso mercado de las flores, una calle llena de puestos muy coloridos, con flores, semillas de flores y también muchos souvernirs...


Después de esto, volvimos a la zona de Rijksmuseum, a intentar sacar una foto decente! imposible!!... así que comimos en uno de los numerosos chiringuitos con terraza.





Como ya nos quedaba poco tiempo, decidimos disfrutar por última vez de lo que más nos había gustado en Ámsterdam, así que volvimos al molino del día anterior a tomarnos otras cervezas (Brouwerij 't IJ) ....


Después devolvimos la bici, sin ningún problema... echamos una última vista a los canales, fuimos a recoger las maletas y cogimos el tren dirección aeropuerto.





Ya solo quedaba esperar a que saliese nuestro avión hacia Madrid, por suerte a las 19:00 h. partimos puntualmente.

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