sábado, 3 de mayo de 2014

Día 3: Batu Caves y Taman Negara

Para este día teníamos contratada una excursión a Taman Negara, una selva considerada la más antigua del mundo. En un principio nuestra idea era alquilar un coche y hacerlo por nuestra cuenta, pero viendo que en malasia se conduce por la izquierda y empezar a pensar en alquilar coche, planificar bien el trayecto etc. nos dio pereza y empezamos a mirar excursiones. Encontramos un par de páginas web que ofrecían esta excursión, pero enseguida nos decantamos por una de las opciones que ofrecían en la siguiente web: http://www.tamannegaradaytour.com/, concretamente una excursión de dos días en la que se hacia noche en la selva "TAMAN NEGARA 2 DAYS / 1 NITE FULL BOARD"


Elegimos esta opción porque era más barata que la otra, y sobretodo porque la persona encargada de esta empresa nos trató de maravilla. Se llama Gladwin Pereira y antes de contratar la excursión intercambié con el decenas de mails, no creo exagerar si digo que 30 por lo menos. Le pregunté todas las dudas que se me ocurrieron y siempre me respondía amablemente a todas las dudas y siempre me decía "don´t worry be happy". La excursión incluía transporte, visita a batu caves, una noche en Taman negara, todas las actividades, comidas...

Además como era una persona muy servicial, nos gestionó el autobús que cogeríamos al día siguiente desde Kuala Lumpur a Singapur.

Aunque el precio de la excursión es un poco elevado (700 R.M, unos 150 €) si te pones a sumar alquiler de coche, gasolina, hotel, comida y las actividades en Taman negara tampoco te ahorras tanto.

Ese día habíamos quedado en que nos recogía a las 7:00 en nuestro hotel, así que tocaba madrugón a las 6 de la mañana, teníamos una hora para preparar todo, pero entre ducharnos, acabar de preparar las maletas, hacernos los desayunos y el sueño que teníamos se nos hizo super corto, hicimos el check-out y en la puerta del hotel estaba la furgoneta esperándonos, y sorpresa, no íbamos solos, íbamos con otra pareja, les saludamos en inglés, pero eran del país vasco, así que genial, podríamos hablar en castellano.

Salimos de la ciudad, no había demasiado tráfico y en unos 15 o 20 minutos habíamos llegado a Batu Caves, un destino que tenia muchas ganas de conocer.

Las Batu Caves, son unas enormes cuevas que son usadas como templo hindú. Están ubicadas cerca del río Batu. Es posiblemente el templo hindú más popular fuera de la India, está dedicado dios hindú Murugan, dios de la guerra y de la victoria.

Cuando llegamos Gladwin Pereira nos hizo una explicación de todo esto en un inglés muy claro y pausado que nos permitió entender toda su explicación, nos conto un poco el árbol genealógico de los dioses hindúes, creo recordar que el Dios Murugan era el hijo menor del Dios principal. Además nos conto que a principios de año en estas cuevas había una celebración religiosa multitudinaria en honor a este Dios a la que acudían más de un millón y medio de personas. Alucinante.



Al finalizar la explicación nos saco unas fotos a ambas parejas y nos dio 50 minutos para subir y vistar la cueva

Entre lo más llamativo de las Batu Caves podemos destacar, una inmensa estatua dorada del Dios Murugan, con más de 42 metros de altura y sus empinadas escaleras con exactamente 272 peldaños que llevan hasta la entrada de la cueva.

Así pues nos dispusimos a subir todas esas escaleras, aunque nada comparado con las que tendríamos que subir por la tarde en Taman Negara, pero eso es otra historia.

Durante la subida nos encontramos con decenas de monos, dicen que si te ven comida pueden intentar quitártela, incluso de la mochila, también se comenta en muchos foros que te pueden llevar hasta la cámara de fotos... nosotros no tuvimos mayor problema, pero tienen pinta de cabroncetes, jejeje


Aunque hay mucha humedad y calor, y sudas un poco, la subida se hace más o menos bien. Una vez en la cima, es impactante la entrada a la cueva.


En el interior es enorme, parece una inmensa catedral con varios templos dentro, se escuchan ceremonias hindúes que se entremezclan con el chirrido de los murciélagos. Al fondo de la inmensa cueva hay unas escaleras y subes a otra "estancia", una especie de cueva que tiene una gran abertura en la parte superior por la que entra la luz y se descuelga la vegetación.



Estuvimos un buen rato en el interior, observando con detenimiento todo lo que pudimos, cuando nos dimos cuenta de que nuestros compañeros de viaje ya estaban saliendo, por lo que procedimos a seguirlos y comenzar la bajada.

Visitando cosas tan majestuosas disfrutas cada momento, el simple hecho de bajar esas escaleras, con esas vistas desde allá arriba, cruzandote con gente con esos atuendos (supongo que monjes hinduistas), viendo los monos, con esas cuevas a tus espaldas... es por lo que merece la pena viajar.

Una vez abajo visitamos otro templo que hay al comienzo de las escaleras y nos reunimos con nuestro "amigo" Gladwin.


Nos montamos de nuevo en la furgoneta y partimos rumbo a Kuala Tahan (la ultima población previa a Taman negara). La distancia es de unos 230 Km, aproximadamente 3 horas, de las cuales la mayor parte son por autopista, pero hay un tramo final de unos 60 o 70 km bastante chungos, por una carretera estrecha, con muchas curvas, muchos baches y si te encuentras delante un vehículo lento te puede retrasar bastante.

A la media hora de partir paramos en un área de servicio bastante moderna, tenia una gasolinera de Petronas y la típica zona con tienda, restaurante, cafetería... incluso había una especie de panadería donde podías comprar bollería recién hecha. Nos pillamos un par de cafés y algo de bollería y salimos para afuera. Mientras esperábamos por nuestros acompañantes aprovechamos para pagar la excursión y charlar un rato con Gladwin, que señor más agradable, con su inglés pausado estuvimos unos minutos dialogando, como no, salió el tema de la corrupción en España, que fama tenemos... aunque nos dijo que en Malasia había mucha más, que en todos los ámbitos, nos contó casos sangrantes como que en el futbol los buenos jugadores nunca salían adelante, sino que iba todo por amiguismos, enchufismos y sobornos.

Estuvimos allí fuera unos minutos mientras desayunaban nuestros acompañantes, pero yo estaba disfrutando, puede parecer una tontería pero el simple hecho de observar el modo de vivir en otros países me encanta, ver una gasolinera de petronas, ver lo barata que está allí la gasolina, ver como conducen por la izquierda, como puedes ver uno en la moto hablando por el móvil... cualquier anécdota puede resultar interesante.


Continuamos el viaje, bastante cómodo hasta la población de Jerantut, incluso pude dormir un poco. Pero a partir de ahí teníamos unos 70 km. hasta Kuala Tahan, me fue imposible, muchas curvas, muchos baches, una carretera bastante mala, y había que ir más despacio, pero bueno aunque se hizo un poco largo este ultimo tramo, el paisaje ya era bastante selvático y era interesante.
Camino a Kuala Tahan, cristal trasero de la furgoneta

Hacia las 11:30 llegamos a Kuala Tahan, la primera parada fue en nuestro hotel, Woodland Resort, la primera impresión fue bastante buena, tenia unas cabañitas muy chulas, pero aún no tenían preparada nuestra habitación. Teníamos que dejar allí todo el equipaje.

Tras el breve paso por el hotel, partimos ya hacia la selva, se vino con nosotros una señora, que era un poco la que llevaba el tema de las excursiones en Taman Negara. En un par de minutos llegamos a una especie de valle en el que confluían varios ríos, esta imagen me pareció espectacular. El rio principal estaba muy turbio, tenia un color marrón que recordaba a los típicos ríos de Vietnam de las películas de Rambo. Aunque curiosamente uno de los afluentes que confluía en este rio bajaba con agua cristalina.



Flotando sobre el rio había una serie de restaurantes. Uno de ellos era nuestro siguiente destino. Bajamos hasta la orilla del rio y nos llevaron hasta él en una barca. Aunque todavía era las 12 del mediodía, ya nos tocaba la comida.

El restaurante era interesante, ya que estabas en una especie de cabaña flotando sobre el río. Nos sentaron en una mesa con la otra pareja. Primero nos sirvieron una especie de refresco granate con mucho hielo, yo en principio dudaba si tomarlo o no, ya que no recomiendan tomar hielo en esos países, pero la otra pareja dijo que no había problema, que seguro que el hielo era industrial y venia sin microbios, así que nos fiamos y pa`dentro. Poco a poco fuimos cogiendo confianza y conociendo a nuestros acompañantes... y mientras tanto, nos empezaron a servir la comida... la verdad es que era bastante sencilla, un plato arroz blanco para cada uno, y luego uno de pollo con verduras en salsa y otro plato de varias verduras también en salsa para compartir. Sencillo pero aceptable, tampoco teníamos mucha hambre a esas horas.


Tras la comida, por fin llegaba el momento de adentrarnos en esta inmensa selva de TAMAN NEGARA (declarada parque nacional) de más de 430.000 hectáreas, se calcula que el bosque se formó hace 130 millones de años, lo que convierte a esta selva en la más antigua del mundo. La abundancia y la diversidad de la flora y la fauna son increíbles aquí, lo que hace que sea uno de los ecosistemas más completos y ricos del mundo. Además de todo esto continúan habitando sus bosques varias tribus aborígenes.

Para adentrarnos en la selva montamos en una embarcación local que dirigía el que sería nuestro guía durante el resto del día, su nombre DJ. También nos acompañaba Gladwin. Navegamos a toda velocidad unos 10 minutos... que gozada ir en esa embarcación por el rio, rodeados de esa frondosa selva, una sensación increíble en un paisaje único.


Tras bajarnos de la embarcación caminamos unos minutos bosque arriba hasta llegar al Canopy Walk más largo del mundo, es un recorrido por varios puentes colgantes de la parte más alta de los árboles a unos 45 metros de altura (no apto para personas con vértigo) y con unas vistas increíbles. Este paseo es una gozada y nos encantó, pasear por esos puentes colgantes, es súper emocionante y tienes unas vistas maravillosas de la frondosa selva.
La imagen izquierda el puente colgante desde abajo. Increíble altura



Finalizado este recorrido nos reunimos de nuevo con nuestro guía, este no tenia un inglés tan claro con el de Gladwin y aunque creí entenderle que íbamos a volver a navegar durante unos kilómetros, la realidad fue bien distinta.

Comenzamos a caminar bosque arriba, al principio por unas escaleras de madera, ¡unas interminables escaleras!, cientos y cientos de escaleras, hacia un calor y una humedad increíble y aquellas escaleras parecían no acabarse nunca, los 272 escalones de batu caves eran una broma comparado con esto. Chorreábamos sudor y encima yo iba de pantalón largo, porque me lo había recomendado un amigo para evitar las sanguijuelas, pero a decir verdad no creo que hubiese mucho riesgo, todos los demás iban de pantalón corto y no tuvieron mayor problema.

El trekking estaba genial, el problema es no haber sabido la actividad que íbamos a hacer, cuando entendimos de que iba la cosa, comenzamos a disfrutarlo. Una vez terminadas las malditas escaleras comenzamos a caminar por un sendero, el guía nos iba enseñando diversas curiosidades de la flora y la fauna, nos encontramos una marabunta enorme de hormigas, ocupaba varios metros y todas iban a dar al interior de un árbol, las hormigas eran bastante grandes si las comparamos con las que podemos ver en España, aunque el guía nos dijo que esas eran pequeñas en comparación con otras que se podían encontrar en la selva. Más adelante hizo una pequeña incisión en un árbol con una navaja y extrajo un pequeño trozo que quemó un poco con un mechero con lo que se desprendía un olor como el del incienso. Y así, llegamos a una zona con unas buenísimas vistas de la selva, en ese punto descansamos unos minutos, antes de continuar caminando un par de kilómetros más hasta otro mirador con muy buenas vistas. Allí descansamos otro ratito, durante el descanso se nos acercaban mariposas que no tenían miedo y se posaban tranquilamente en nuestra mano.




Ya tocaba deshacer lo caminado, así que nos pusimos a ello, y aunque bajar en teoría ya es más liviano, la bajada se nos hizo durilla, sobre todo el largo tramo de escaleras, no es que nos cansásemos demasiado, pero se nos cargaban las piernas de repetir siempre el mismo gesto de bajar centenares y centenares de peldaños.

Cuando por fin llegamos a la orilla del rio descansamos otro poco, allí había una especie de cobertizo que hacia de baño. Yo estaba empapado en sudor y metí la cabeza debajo de un grifo para refrescarme... que placer...

Ahora tocaba volver a montarse en la embarcación, esta vez nos dijo que iba a ir a mucha velocidad entre los rápidos que hace el rio y que nos íbamos a empapar, por lo que nos preparo un saco de plástico para que introdujésemos nuestras mochilas y todo lo que no debiese mojarse.


Buahhhh esta actividad estuvo genial (se llama rapid shooting), comenzamos a surcar el río a toda velocidad, en los rápidos del rio nos saltaba mucha agua por encima y poco a poco nos íbamos empapando, con el calor que hacia se agradecía, nuestro guía era un autentico experto en el manejo de la embarcación y adelantábamos a otras canoas similares, en algún momento teníamos miedo a volcar, pero el guía dominaba mucho. En esto que parece que comienza a llover, caían algunas gotas y de repente aunque aun asomaba el sol, nos cayó una tromba de agua impresionante, que manera de llover, la verdad es que la estampa en el medio de la selva, surcando el rio y con ese aguacero era alucinante, una pena no haber llevado la cámara acuática, hubiesen salido unas fotos brutales. Como hace calor, como estas de vacaciones, como estas pasándolo bien no te molesta para nada mojarte, es una aventura más. El único pero es que no me había acordado de meter en el saco de plástico mi cartera y todos los billetes que llevaba dentro acabaron empapados, tenia miedo de que se estropeasen.



           video de youtube de un "paseo" por los rapidos (a partir de 1' 45")
Lloviendo a mares llegamos al poblado aborigen, subiendo un poco desde la orilla del rio había una especie de cabañas de madera y hacia allí nos dirigimos, pronto dejo de llover y comenzamos con la visita al poblado. El guía nos explico que estos aborígenes, permitían la visita de los turistas porque obtenían beneficios a cambio, no entendí muy bien que tipo de beneficios. Estaban vestidos con ropa normal, ningún atuendo especial, aunque es verdad que vivían allí en las cabañas sin luz, sin agua corriente y sin ningún otro servicio ni adelanto técnico. Dimos un paseo por el poblado y luego comenzaron a explicarnos su modo de vida.



Primero nos enseñaron como hacían fuego, que no tiene nada que ver con lo típico que vemos en las películas, mejor ver la foto que intentar explicarlo.

Luego nos explicaron su modo de caza, con una cerbatana enorme muy sofisticada, formada con varias piezas con distintos tipos de madera. Nos mostraron las flechas que disparan con las cerbatanas, a las que les impregnan un veneno en las puntas. Nos pasaron un par de ellas para que las viésemos, yo me quede con una en la mano mientras el aborigen seguía mostrándonos cosas, sin darme cuenta de que eran flechas venenosas, el aborigen se asusto un poco y hablo con el guía para que tuviésemos cuidado. Que susto, nunca sabes cuando la puedes liar por hacer el tonto.

Nos hizo la demostración de como hacían las flechas, como las tallan, les ponen una especie de cabezal como si fuese un alfiler grande y luego lo lijan con una hoja de árbol muy áspera. Nos hizo una flecha para cada uno y nos las regaló, estas sin veneno ;)

Tras esto tocaba poner en practica lo que nos habían enseñado, Mikel, el chico del país vasco estuvo apunto de conseguir hacer fuego, llego a salir algo de humo, pero no llego a arder. Luego fuimos a usar las cerbatanas enormes, con un soplido podías lanzar la flecha muchos metros. Estuvimos probando varias veces a disparar un muñeco que había como a 10 metros, solo consiguió acertar Mikel tras varios intentos. Los aborígenes acertaban siempre.


Tras esta visita, regresamos de nuevo a Kuala Tahan a toda velocidad, había gente bañándose por el rio. Gladwin nos dijo que seguro que nos habíamos bañado en aguas verdes o azules turquesa, pero seguro que nunca nos habíamos bañado en aguas marrones y nos ofreció bañarnos, pero aun no se muy bien porque todos declinamos hacerlo, me arrepiento un poco, porque aunque esa agua marrón no era lo más apetecible del mundo, seria una experiencia nueva bañarse en el rio de una selva.

Llegamos de nuevo a Kuala Tahan hacia las 17:30 y nos dirigimos al hotel. Allí nos despedimos de nuestros acompañantes que regresaban a dormir a Kuala Lumpur, nos intercambiamos los correos y se marcharon con Gladwin.

Teníamos algo más de 2 horas para relajarnos en el hotel, aunque aquí la experiencia no fue muy positiva, una chica de recepción nos acompaño a la habitación, y no era lo esperado, no era una de esas cabañitas tan chulas que habiamos visto, sino una habitación en la planta baja del edificio principal, aunque la habitación estaba limpia, era bastante sencilla/cutre, en un principio nos conformamos, pero luego vimos que bajo la puerta podían entrar toda clase de insectos y estábamos en medio de la jungla, así que había unos cuantos. Además en el baño había una rejilla por la que podían colarse también toda clase de bichos. Lo del baño nos preocupaba menos, pues cerrando la puerta del baño no pasaba nada.

La verdad es que debimos de haber preguntado si nos podían cambiar de habitación, incluso aunque tuviésemos que pagar un suplemento, pero lo dejamos pasar. Dejamos secando los billetes de mi cartera que seguían muy mojados y nos fuimos a dar un baño a la piscina, aunque estaba nublado y con pintas de llover hacia mucho calor y apetecía bañarse. En la piscina nos encontramos una pareja de Getafe que nos habían reconocido del viaje en avión. Ellos si se habían cambiado a una cabaña.


Tras el baño en la piscina comenzó a llover, así que volvimos a la habitación, y nos preparamos para la última actividad del día, el paseo nocturno por la jungla (night jungle walk). Ahí si que era recomendable la manga larga, en las piernas por las sanguijuelas y en los brazos por los mosquitos. Dejamos todo lo más recogido posible y como aún teníamos algo mas de media hora nos fuimos al bar del hotel a tomar algo. Suspiraba por una cerveza, pero cosas de los musulmanes no tenían alcohol, tampoco tenían ningún refresco, solo tenían varios tipos de té, frios y calientes y una especie refrescos concentrados de varios sabores que mezclaban con agua y hielo. Así que nos pedimos uno para cada uno de dos sabores distintos y aprovechamos para conectarnos a la wi-fi para comunicarnos con la familia e informarnos un poco de lo que pasaba por España.

También nos comentaron la posibilidad de ir a comprar cervezas a un supermercado que había en un hotel cercano (Rainforest Resort), pero ya no nos daba tiempo, aunque nos venia bien esa información para por la noche.

Ya había oscurecido y puntualmente nos vino a recoger la señora que nos habían presentado por la mañana, nos llevó de nuevo a uno de los restaurantes flotantes sobre el río. Allí nos dieron una cena muy similar a la comida de mediodía, cenamos tranquilamente y cuando terminamos nos dirigimos a la que era ya la última actividad, night jungle walk, un paseo nocturno por la selva para tratar de divisar algún animal, insecto, observar la flora y disfrutar de la especial atmósfera del la jungla por la noche.


Lo primero que hicimos fue cruzar con nuestro guía en una barca al Mutiara resort, antes de llegar había que subir por unas escaleras en las que nuestro guía divisó una serpiente, continuamos subiendo y llegamos al resort, la verdad es que tenia una pinta increíble, que hotelazo, que pena no haber dormido ahí, en internet lo habíamos visto por unos 60 €, aunque por lo que veo ahora es algo más caro (supongo que dependerá si es temporada alta o baja). Se veía mucho ambiente, un restaurante abarrotado que tenia muy buena pinta, el resort ocupaba una superficie enorme llena de cabañitas muy chulas que se corresponden con las habitaciones del hotel. Cuando íbamos caminando por el resort en dirección a la jungla el guía nos mostro un animal que jamás habíamos visto, nos encanto, que animal tan extraño y tan simpático, el guía nos dijo que se llamaba tapir, era una especie de oso hormiguero, tenia medio cuerpo negro y la otra blanco, parecía que estaba pintado. El animal estaba domesticado y lo podías tocar y acariciar sin problema, el guía nos comento que habían cogido de la selva un macho y una hembra de bebés, pero que la hembra había escapado hace unos años. Al parecer en la selva de Taman negara abunda este animal.


Tras ver el tapir, caminamos un poco más y nos introdujimos de lleno en la selva, nos dio una linterna y un casco con foco y empezamos a caminar, la verdad es que acojonaba un poco ir por el medio de la selva casi a oscuras y con un sonido de insectos que resultaba casi atronador. En primer lugar nos dirigimos a una especie de mirador donde en teoría podríamos ver algún animal salvaje, como tigres, elefantes, tapires, orangutanes, monos, pero nos dijo que en esa zona tan cercana a la civilización había visto pocas veces esos animales... algún tapir o algún mono. Estuvo alumbrando con la linterna unos minutos, pero no encontró nada digno de mención. Así que continuamos la ruta por la jungla durante aproximadamente una hora. La verdad es que nuestro guía era muy hábil (el mismo de por la mañana, de nombre DJ) y tenia una facilidad asombrosa para encontrar animalillos por los arboles, pudimos ver tarántulas, escorpiones y otros bichos raros que no recuerdo su nombre. Daba cierta impresión cuando enfocaba a las tarántulas y los escorpiones. También nos contaba cosas sobre la flora, recuerdo unas flores que nos enseño, que nos dijo que florecían por la noche y se morían con la luz del sol. En un momento dado comenzó a llover un poco, un ligero orbayu, como decimos en Asturias y el sonido de la jungla, de sus insectos, se vio eclipsado por el ensordecedor croar de las ranas, debía de haber miles porque el sonido era impresionante, de hecho en charco nos enfoco el guía, aunque estaba un poco lejos se podían intuir decenas y decenas de ranas.



Cuando ya ibamos finalizando el paseo nos encontramos con mas grupos de turistas que estaban realizando la misma actividad. Volvimos al Mutiara resort donde nos encontramos de nuevo con el Tapir y cruzamos el rio en la barcaza. Antes de regresar al hotel el guía se nos ofreció a parar en el supermercado del Rainforest resort para que comprásemos unas cervezas, que como es un país musulmán son un poco caras, como un euro y medio cada lata. Inés se compro un helado de frigo, aunque esa marca en Malasia tiene otro nombre, eso si era muy barato, unos 50 céntimos de euro.

Nos despedimos de DJ en nuestro hotel, antes de acostarnos preguntamos en el bar si podíamos tomarnos las cervezas, nos dijeron que sin problema, así que por fin me pude tomar mi cervecita, ya no había nadie en el bar, excepto 4 o 5 turistas que estaban viendo la tele. Después de acabarnos las cervezas nos acostamos en esa triste habitación, intentamos tapar el hueco que había debajo de la puerta con papel higiénico para evitar que entrasen insectos y pusimos el aire acondicionado ya que es lo que recomiendan para que no piquen los mosquitos. Y por suerte dormimos como troncos.

Nota: En teoría, Taman Negara tienes riesgo de coger la malaria si te pica un mosquito, así que llevábamos tomando malarone desde el día anterior. El medico de Inés le había recomendado tomarlo por si acaso, el mío me dijo que no lo tomase que el riesgo era mínimo y que por un día solo, era una locura.

Decidimos tomar una opción intermedia, que era lo que había hecho un amigo nuestro. Tomar 2 días las pastillas y si veía que no me picaba ningún mosquito, como así fue en mi caso, suspender el tratamiento. Inés tenia una picadura así que siguió tomando las pastillas durante 8 o 9 días. Pero sinceramente, yo creo que fuera de áfrica el riesgo es mínimo y no recomendaría tomar nada. Simplemente llevar un repelente potente y dormir en habitaciones con aire acondicionado.

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