Tocaba madrugar de nuevo, aunque no tanto como otros días, creo recordar que para la excursión nos recogían a las 8:30 en el hotel. Así que media hora antes fuimos a desayunar, muy bien como siempre un desayuno buffet muy completo y buena atención.
Puntualmente nos recogió la furgoneta de 9 plazas y partimos hacia la región de Phang Nga Bay. Después de unos 25/30 minutos de trayecto nos dejaron en una especie de área de descanso al lado de un puerto desde el que partiría nuestro barco. Allí nos juntamos con más gente y nos distribuyeron en grupos poniéndonos unas pulseras de colores en función de si habíamos elegido lancha rápida (speed boat) que era nuestro caso o un barco más lento. Como ya habíamos comentado en una entrada anterior, el precio de esta excursión fue de 1300 bahts (unos 30 euros) con speed boat, en un barco lento era algo más barato, pero había muy poca diferencia. De todos modos conviene regatear siempre los precios y comparar un poco entre las decenas de puestos que ofrecen este tipo de excursiones. También hay que tener en cuenta que aparte de la visita al islote James Bond las demás visitas pueden variar en función de la excursión.
Después de unos minutos ya subimos a la lancha rápida en la que íbamos unas 25 personas aproximadamente. La tripulación estaba compuesta por 4 chicos con un aspecto muy jovial, uno de ellos era igual que Bob Marley, aunque por lo que les entendí eran musulmanes, no bebían alcohol aunque uno de ellos no paraba de tomar red bull que allí viene en unos frascos de vidrio que parecía una medicina. Otro de los chicos que era el que llevaba la voz cantante se puso a hablar y contarnos un poco en que consistía la excursión, en un ingles que se entendía bastante bien.
Muy divertido cada poco nos ofrecía agua, refrescos o fruta, todo gratis. Por lo único que había que pagar era por la cerveza.
Partimos a toda velocidad, la barca era muy rápida y enseguida llegamos a la isla de James Bond.
Alli nos dejaron unos 50 minutos libres. Desde el puertecito donde nos dejo el barco hasta el islote habría unos 100 metros en los que había que cruzar una especie de cueva/túnel por dentro de la roca que formaba un acantilado.
Antes de llegar a la playa en la que esta el islote había algún mirador desde donde se hacían unas buenas fotos del islote.
Llegamos a la playa en la que estaba el islote, la playa no era ninguna maravilla, tenia una arena muy gruesa y el agua no tenia ese bonito color verde-azulado que tenia en phi phi, pero el islote molaba un montón y la forma de la isla era espectacular. Al llegar en la lancha rápida, no había casi gente todavía y pudimos hacernos las fotos prácticamente solos Nos metimos al agua un poco pero sin pasar de la cintura y estuvimos un rato por allí admirando todo aquello.
Poco a poco fuimos regresando sobre nuestros pasos otra vez por el túnel hacia la lancha y cuando nos mandaron subir, partimos.
Los trayectos eran muy agradables, los guías siempre muy amables nos entretenían y siempre nos invitaban a refrescos y frutas exóticas.
Pronto llegamos a nuestro siguiente destino, el pueblo flotante de Koh Panyee, una población de casas de madera construidas sobre el agua en la confluencia de dos Klongs (canales)
Sobre las plataformas sujetas por enormes pilotes se encontraban varios restaurantes, en uno de ellos es donde comimos una comida típica, en la que como es lógico, lo más rico era el pescado, bastante sabroso hecho al horno, el resto de comida era pasable, sin más.
Nos llamo la atención las botellas de coca-cola retornables como las que había en España hace 30 años. Durante la comida compartimos mantel con más gente que iba en la excursión. Mientras tomábamos el café tuvimos una agradable conversación con un chico francés, nuestro inglés es horrible pero sabiendo un poco te acabas entendiendo. Después nos dieron algo de tiempo libre para reposar la comida, paseamos un poco por el pueblo y bajamos al muelle antes de partir de nuevo.
Nuestro siguiente destino era Koh Hong Island, así que partimos hacia allí, el trayecto muy divertido con los guiás y el paisaje espectacular con muchos islotes como el de James Bond por el mar. Antes de llegar a nuestro destino nos gastaron una broma, nos hicieron creer que íbamos sin frenos contra un islote y en el ultimo momento giró bruscamente.
Koh Hong es una isla maravillosa, una de las más bellas islas en Phang Nga Bay, llena de grutas y cuevas que guarda un secreto en su interior. Y es que solo durante un pequeño tramo horario con marea baja nos permite entrar a su interior por una cueva para ver una laguna mágica. Nos bajamos de la lancha rápida y nos montamos en una canoa con un guía que condujo de forma segura a través de las cuevas y grutas hacia el interior de la isla. En alguna de las grutas habia que acostarse totalmente en la canoa para poder pasar.
El interior de la isla es precioso, en el podemos encontrar pequeñas playitas de arena fina, rocas con formas extrañas e islotes parecidos al de la isla de James bond, algo precioso. El guía muy amable cada poco nos quería sacar fotos y nos iba deteniendo en alguna playita que había por el interior. La visita dura una media hora y es muy recomendable.
Tras esta actividad partimos hacia la ultima visita, una playa en Naka Island en la que nos dejaron casi dos horas libres.
Nos recomendaron alquilar 2 tumbonas y una sombrilla y fue lo que hicimos, era bastante barato. La experiencia estuvo muy bien, siempre viene bien relajarse un rato y después de tanto viaje siempre viene bien un descanso. En la playa había varios chiringuitos pero lo mejor es que te atendían en la propia hamaca y por un precio bastante razonable nos tomamos unos cocos con piña colada y unas cervezas.
Disfrutamos mucho de ese tiempo libre, nos bañábamos y volvíamos a tomar algo relajadamente, fue una buena experiencia.
Esta ya era nuestra ultima parada, así que montamos en la lancha y volvimos a toda velocidad al puerto de partida. La verdad es que fue una gran elección ir en barca rápida porque por muy poco dinero más, te ahorras mucho tiempo en los trayectos y disfrutas más de la excursión.
En el puerto tuvimos que esperar un rato a que llegasen los del barco “lento”, así que aprovechamos para ir al baño, allí me encontré el sistema de cisterna más gracioso que vi en mi vida, jajaja
Cuando llegó el otro barco, nos distribuyeron en furgonetas como las que nos habían traído y partimos hacia nuestro hotel en Patong. Por el camino nos encontramos bastante atasco, incluso vimos algún accidente sin consecuencias.
La verdad es que el trafico en Tailandia es bastante anarquico, cada uno hace lo que quiere y parece que no hay ningún tipo de norma, la gente va en la moto sin cascos, incluso te puedes encontrar 3 personas en una moto, los niños van al colegio en camionetas sentados en bancos de madera sin cinturones ni ninguna seguridad, etc.
Una vez en el hotel aprovechamos las ultimas horas de sol para disfrutar de la piscina y del happy hour de su bar.
Salimos del hotel a buscar un puesto para contratar una excursión en elefante para el día siguiente y el taxi para el aeropuerto, que nos salió bastante mas barato que nos había costado el día que llegamos a Phuket en el propio aeropuerto. El taxi nos costó 600 bahts, en el aeropuerto nos había costado 800. La excursión en elefante creo recordar que eran 400 bahts (unos 9 euros), un buen precio ya que incluía traslado desde el hotel a Camp Chang Kalim y el paseo en elefante por la jungla.
Y aunque ya casi era denoche nos fuimos a dar un baño a la playa, habia muy buena temperatura y el agua esta muy buena también.
Volvimos al hotel, nos cambiamos y salimos a hacer las ultimas compras, yo me compré una camiseta de la selección española de buena calidad por unos 11 euros y alguna cosa más
Luego estuvimos paseando por la calle de la playa buscando un restaurante para cenar, y al final elegimos el wine bar, un restaurante muy elegante en primera linea de playa. Nos tomamos una especie de gambas al ajillo que estaban para chuparse los dedos, y pizza, porque las que habíamos visto pasar tenían muy buena pinta. Al final pagamos solo 792 bahts, unos 19 euros por los dos, teniendo en cuenta que tomamos un par de cervezas y refrescos y postre es un precio que está muy bien.
Como era nuestra ultima noche en Patong queríamos disfrutar de la noche, así que nos fuimos a bangla road a tomarnos unas cervezas. Dimos una vuelta y en uno de los bares tenían una especie de fiesta de cerveza chang y entramos para dentro. Había mucho ambiente, además nos regalaron una gorra de chang y nos sacaron una foto, para la web o para el facebook, no sabemos muy bien.
Nos tomamos unas cuantas cervezas y espoleados por el alcohol nos decidimos a ir a un ping pong show. Salimos a la calle y nos empezaron a bombardear ofreciendo el show, le preguntamos a una de las chicas que como era, cuanto costaba y nos dijo que gratis pero que había que tomar una consumición, le pregunte por el precio y me respondió con evasivas, me dijo que entrásemos dentro, que podíamos estar un par de minutos y que si nos parecía muy caro nos podíamos ir.
Así pues acompañamos a la chica hasta que llegamos al local donde nos acomodó en una mesa y nos dio una carta de precios. Era super caro, no recuerdo muy bien pero creo que cada cerveza costaba unos 25 euros, así que le dije a la chica que nos íbamos, enseguida se apresuro a contraofertarme, y yo le dije que como máximo le daba 10 euros al cambio por 2 cervezas, se fue a hablar con el camarero y nos las trajo.
Con el tema de la negociación no nos fijamos en el escenario, en ese momento estaba acabando uno de los espectáculos, solo nos dio tiempo a ver a una chica que se puso de pie y soltó 3 o 4 bolas de ping pong de su vagina, de ahí el nombre de ping pong show.
Y tras terminar la chica pasó por las mesas pidiendo propina, además se enfadaba si le daban poco, nosotros le dijimos que acabábamos de llegar y que ya daríamos en otro espectáculo. En el publico eramos casi todo turistas, pensamos que estaría lleno chicos solteros, pero había muchas parejas como nosotros de todas las edades. Luego comenzaron otros espectáculos, en el primero salían chicas desnudas y pedían a los turistas que les pintasen su cuerpo con unas pinturas fluorescentes, luego salió otra chica con un silbato que ponia a pitar, pero no con su boca, sino con sus partes intimas, jajaja era bastante gracioso.
El ambiente en algún momento era un poco desagradable, estaba prohibido sacar fotos y cuando pillaban a uno le echaban una buena bronca y le enfocaban con una linterna.
El siguiente espectáculo fue un poco extraño, sacaron a un turista, le ataron a una silla, le sobaron de arriba abajo y luego le desnudaron, pero a decir verdad tenia pinta de estar amañado, vamos que el turista era un cebo. El ultimo espectáculo que vimos fue el mejor, una chica saco 3 o 4 turistas al escenario, les puso un globo hinchado en la boca. Ella se tumbó en el suelo y metió en su vagina una especie de palillos que disparaba explotando los globos. Impresionante!!!
Después de ese espectáculo volvieron a pedir dinero, pero nos pareció super desagradable, la chica se ponía a dar voces si no le daban lo que esperaba y a alumbrar a la gente con su linterna hasta que sacaban los billetes, así que antes de que llegase a nosotros cogimos y nos fuimos. Esas no son formas, fuimos un poco ratas, pero para otra que sean educados.
A pesar de estos detalles la experiencia fue positiva, en esta vida hay que conocer de todo y es una anécdota para contar. Una vez fuera, Ines me mostró una foto y un mini-video que había grabado, yo ni me di cuenta, que crack.
Dimos un ultimo paseo para despedirnos de la noche de Bangla Road y volvimos tranquilamente caminando hacia el hotel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario